Nueva York, 8 de Julio (EFE).- Estados Unidos está ocupando
cada día más espacios en la exportación mundial de crudo, con cantidades aún
pequeñas, pero con una tendencia que representa un desafío más al poder de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Durante cuatro décadas, los productores estadounidenses
tenían prohibido exportar petróleo, pero un cambio impulsado por la
Administración de Barack Obama en diciembre de 2015 levantó esas restricciones
y permitió una progresiva vuelta a los mercados.
En abril pasado, según los últimos datos disponibles del
Departamento de Energía, EEUU exportó un promedio de un millón de barriles
diarios de petróleo, frente a los 591.000 barriles que colocó fuera del país en
el mismo mes de 2016.
Esa cantidad es aún muy baja teniendo en cuenta que el país
produce cerca de 9,32 millones de barriles diarios, pero el petróleo ligero que
bombea Estados Unidos es muy apreciado fuera del país y está conquistando
mercados tan lejanos como el chino.
En los primeros cuatro meses de este año China ha importado
un promedio de 284.000 barriles diarios, superando incluso a Canadá, hasta
ahora el primer comprador del petróleo estadounidense. “Las exportaciones de
crudo de Estados Unidos representan un cambio de juego y van a ser un cambio
cada vez mayor en los mercados”, declaró a The New York Times el exsecretario
general de la OPEP René Ortiz, también exministro de Energía de Ecuador.
EEUU se encuentra ante el reto de dar salida al aumento del
petróleo que generan yacimientos no tradicionales de placas de esquisto, que
ofrecen un crudo ligero, y hacerlo con unos costes bajos y unos precios
internacionales que rentabilicen la inversión.
La caída en los precios que se agudizó a partir de fines de
2014 hizo mucho daño a los productores estadounidenses, y tuvo un especial
impacto meses después, aunque todavía en 2015 pudo cerrar el año con niveles
récord en la producción de crudo.
Las medidas aplicadas por la OPEP para hacer frente al
exceso de oferta global de crudo, a fines de noviembre de 2016, generaron una
recuperación en los valores del barril, lo que derivó en la recuperación de
muchas plataformas estadounidenses que habían dejado de operar porque los
costes no lo justificaban.
Según datos de la firma Baker Hughes difundidos este
viernes, la semana pasada había 763 plataformas petrolíferas activas en el
país, más del doble de las 351 que había por estas fechas el año pasado. De las
últimas 25 semanas, 24 se han saldado con un aumento en la cantidad de
plataformas operando.
Cálculos de la firma Occidental Petroleum indican que EEUU
puede llegar a exportar tres millones de barriles diarios en los próximos años.
Ello puede generar un desafío más para la OPEP, que
progresivamente ha venido perdiendo poder a la hora de imponer globalmente unos
niveles de precios por el peso que ejercen productores no vinculados a ese
cártel. Según Tom Kloza, de la firma Oil Price Information Service, la OPEP ya
sólo puede jugar con algo de influencia en los precios cuando algunos de sus
miembros, como Libia o Nigeria, tienen problemas en su producción.
“Pero cuando todos los demás están produciendo, (los países
de la OPEP) no puede unirse ni controlar los precios como estaban
acostumbrados”, declaró Kloza a la cadena financiera CNBC. Previsiones del
Departamento de Energía de Estados Unidos anticipan que en 2018 el país puede
llegar a producir diez millones de barriles diarios, la tercera parte de la
cuota de producción que tiene ahora la OPEP.
Pero esos diez millones de barriles es la misma producción
que tiene ahora Arabia Saudí, la ficha mayor dentro de la OPEP. Los aumentos en
la producción de petróleo de Estados Unidos han venido generando una reducción
lógica en sus importaciones.
En la última semana de junio compró fuera un promedio de
7,92 millones de barriles diarios, frente a los 10,55 millones que adquirió en
junio de 2007.
Todavía va a seguir dependiendo del petróleo que tiene que
buscar afuera, entre otras razones porque las refinerías estadounidenses están
más acostumbradas al petróleo más pesado que puede llegar de México, Venezuela
y Canadá.
Pero, curiosamente, entre los compradores del petróleo
estadounidense se encuentra Venezuela, gracias a la calidad del crudo que le
viene del norte- en abril pasado, los venezolanos compraron a los
estadounidenses 40.000 barriles diarios de crudo. EFE
El Nacional