El elevado coste de los combustibles en América Latina ha
hecho que transportistas y productores de alimentos salgan en los últimos días
a las calles a gritarle a sus respectivos Gobiernos que necesitan “más
gasolina” a precios justos para no apagar los motores de la productividad en la
región.
Como si se tratara de un himno para ellos, en las protestas
que se han generado en junio los manifestantes latinoamericanos han coreado el
estribillo de la popular canción de Daddy Yankee “Dame más gasolina… cómo le
encanta la gasolina”, para llamar la atención de las autoridades.
Así, por ejemplo en Perú, que paga la gasolina más cara de
la región, según un estudio de Bloomberg difundido el pasado 22 de junio, los
transportistas de carga pesada comenzaron este lunes una huelga indefinida para
exigir la reducción del precio del combustible, la restitución del transporte
de mercancías como servicio público y la regulación de peajes, entre otros
temas.
Perú, la más cara
El análisis de la compañía estadounidense de asesoría
financiera asegura que en Perú se pagan hasta 6,2 dólares por galón, seguido de
Brasil (5,8 dólares), Chile (5,4 dólares), Paraguay (5,3 dólares), México (4,6
dólares), Argentina (3,7 dólares), Ecuador (2,6 dólares), Colombia (2,3
dólares) y Bolivia (2,1 dólares).
Al llegar este martes a su segundo día, la paralización aún
no ha causado un gran impacto en el abastecimiento de alimentos de primera
necesidad en las grandes ciudades del país, incluida Lima, además de que las
carreteras se mantienen despejadas e incluso muchos camioneros siguen
trabajando.
A pesar de ello, el Gobierno declaró “estado de emergencia”
durante treinta días en la red vial nacional, lo que supone restringir derechos
constitucionales como el libre tránsito por carretera, para evitar desórdenes
públicos.
Al ser Perú un país con producción de petróleo limitada,
ésta tampoco se ha visto afectada. En tanto, el Ministerio de Economía y
Finanzas confirmó el incremento de la compensación a cargo del Fondo de
Estabilización de los Precios de los Combustibles.
La indemnización se ha duplicado para el diésel, de 66
centavos de dólar a 1,3 dólares, a fin de mitigar el impacto del aumento del
precio internacional del petróleo sobre este combustible, destinado
principalmente al servicio de transporte local de carga y pasajeros.
Escasez en el sur de
América
En Argentina, la escasez de gasóleo se agrava desde hace
semanas y ya se ha extendido a prácticamente todas las provincias, lo que ha
derivado en fuertes protestas de sectores del transporte de carga como las que
este martes cortaron uno de los principales accesos a Buenos Aires.
Un chofer de camión se convirtió en la primera víctima
mortal luego de que una piedra que le lanzaron al vehículo “pasó el
parabrisas”, golpeó al hombre y “eso es lo que generó el vuelco y posterior
muerte”, explicó Sergio Berni, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos
Aires.
Por este hecho, que se registró ayer en la localidad de
Daireaux y es investigado como homicidio, hay tres personas detenidas.
Según difundió este lunes la Federación Argentina de
Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas, entre el 15 y el 25 de
junio, 23 de los 24 distritos argentinos han presentado problemas de
abastecimiento de gasóleo, y en 16 de ellos, que incluyen las cuatro provincias
más pobladas del país y la capital, hay muy bajo o nulo suministro en las
estaciones de servicio.
El caso de Argentina
A esa falta de gasóleo, combustible muy usado para la
maquinaria agrícola y los camiones en una país fundamentalmente agroexportador,
se suma la fuerte subida de los precios del poco combustible que queda, en el
delicado contexto de devaluación e inflación que vive Argentina.
Además, el país experimenta una deficitaria balanza
energética y dificultades para importar por la falta de divisas y los altos
precios internacionales experimentados por la energía a raíz de la guerra entre
Rusia y Ucrania.
Argentina carece de capacidad para abastecer la demanda
interna, por lo que debe importar de diversos lugares del mundo, y ello a pesar
de que posee el yacimiento de Vaca Muerta, la segunda mayor reserva mundial de
gas no convencional y la cuarta de petróleo de este tipo. Pero el proyecto se
encuentra aún en una etapa incipiente de desarrollo.
Como respuesta a la crisis, el Gobierno del presidente
Alberto Fernández ha prometido incrementar las importaciones, y hace casi dos
semanas anunció la decisión de elevar el porcentaje de biocombustible que debe
tener el gasóleo en su elaboración para paliar la escasez.
Ecuador, convertido
en un polvorín
La mecha que ha encendido el “polvorín” en el que se ha
convertido Ecuador desde hace dos semanas también ha sido, precisamente, el
precio de los combustibles.
Aunque en este país las tarifas de la gasolina de 85 octanos
y del diésel está congeladas en 2,55 y 1,90 dólares por galón, respectivamente,
estos valores han sido la principal razón del movimiento indígena para iniciar
las protestas contra el Gobierno, que suman ya 16 días.
Si bien el presidente Guillermo Lasso ha aceptado reducir
los precios en 10 centavos de dólar, los indígenas reclaman que las gasolinas
de 85 octanos cuesten 2,10 dólares por galón y el diésel 1,50 dólares, tarifas
similares a las que había en junio de 2021.
Mientras tanto, los bloqueos y cierres de carreteras han
causado el desabastecimiento de carburantes y gas en buena parte de Ecuador,
especialmente en la sureña ciudad de Cuenca.
En consecuencia, la producción de la estatal Petroecuador ha
caído a menos de 200.000 barriles por día. Desde el inicio de las protestas ha
dejado de producir 1,2 millones de barriles de crudo.
Centroamérica toma
medidas
Aunque en Centroamérica el malestar que aqueja a otras
partes de América Latina por el alto costo de los combustibles todavía está
controlado, lo cierto es que los Gobiernos han empezado a tomar medidas.
De este modo, el Ejecutivo de Panamá congeló temporalmente
en junio el precio del combustible en 3,95 dólares el galón, primero al
transporte público de pasajeros, buses colegiales y algunos vehículos
agrícolas, y ahora al transporte de carga agropecuaria, para así paliar la
histórica alza de la gasolina y el diésel que calienta las calles de este importador
neto de hidrocarburos.
Sin embargo, persisten las denuncias de que los choferes de
buses colectivos han subido de forma ilegal el pasaje, y los consumidores se
quejan del alza en el valor de los alimentos.
El costo del combustible en Panamá se ajusta cada dos
semanas. Actualmente, en la capital el galón de gasolina de 95 octanos se vende
a 6,01 dólares, el de 91 en 5,47 dólares, y el diésel en 5,26 dólares, pero
estos costos se elevan en el interior del país.
Por ello, la medida de congelamiento sectorial ha sido
rechazada por diversos sectores gremiales y sindicales, además de economistas,
que exigen que se extienda a toda la población o que se suspenda el cobro del
impuesto al combustible.
Problemas en todos
los países
En tanto, en El Salvador, la Asamblea Legislativa,
controlada por el presidente Nayib Bukele, ha congelado los precios de los
combustibles durante tres meses, hasta finales de agosto, con el objetivo de
amortiguar las alzas.
Para ello, los legisladores han dado luz verde a un subsidio
para los combustibles por valor de 20 millones de dólares mensuales, además de
suspender temporalmente dos impuestos.
En Nicaragua, a pesar de que el galón de la gasolina supera
los cinco dólares, no ha habido manifestaciones en las calles, tal vez porque
están prohibidas desde septiembre de 2018, cuando estalló la crisis
sociopolítica que desde entonces vive el país.
Organizaciones opositoras han llamado a los nicaragüenses a
no comprar combustibles los miércoles, pero es imposible medir el alcance de
esta medida de presión.
Lo que sí se ha comprobado es la contundencia con la que
actúan las autoridades. Una cooperativa de autobuses de transporte urbano de la
ciudad de Juigalpa, en el centro del país, detuvo sus unidades a fin de
aumentar el coste del pasaje. Las autoridades enviaron unidades desde Managua
para restablecer el servicio de transporte y le quitaron la concesión a los
huelguistas.
Precios en máximos
históricos
En Honduras, donde este lunes la gasolina superior subió a
5,9 dólares el galón, numerosos sectores exigen la reducción del costo de los
combustibles, así como el de otros productos y servicios que llevan subiendo
desde que comenzó la guerra en Ucrania.
Una de las últimas medidas adoptadas por el Gobierno que
preside Xiomara Castro ha sido la congelación durante cuatro semanas a partir
de este lunes del precio de la gasolina regular y del diesel, para así aliviar
el impacto derivado de la crisis internacional, y un mecanismo mediante el
cual, la mitad de los empleados públicos ejercen sus funciones de manera
presencial y la otra mitad lo hace desde su casa.
Finalmente, en Costa Rica no ha habido protestas masivas por
el alto costo de la vida pero el precio de los combustibles está en máximos
históricos de alrededor de 1,5 dólares por litro de gasolina, lo que también ha
provocado aumentos en las tarifas de autobús.
El presidente Rodrigo Chaves se ha negado a apoyar
iniciativas para bajar el impuesto a los combustibles argumentando que no
quiere crear un hueco en las finanzas estatales y ha admitido que el precio no
disminuirá sustancialmente porque depende de factores internacionales.
Un reportaje de Claudia Polanco Yermanos para la Agencia
EFE.