viernes, 3 de mayo de 2019

En Silicon Valley están pensando en producir gasolina con aire



Rob McGinnis se mudó recientemente a Santa Cruz, California. “Solía conducir un Tesla Roadster”, cuenta. “Pero ahora estoy haciendo que la gasolina sea genial de nuevo”.
Basta con decir que la gasolina, un importante contribuyente al cambio climático, no se considera muy genial en este momento en lugares como Santa Cruz, una ciudad liberal que está en proceso de ser devorada por el Océano Pacífico. El plan de McGinnis para resucitar el estatus social del combustible se basa en una máquina que está construyendo y que genera gasolina utilizable a partir del aire, en lugar de los depósitos de petróleo en el subsuelo.

McGinnis es uno de los numerosos empresarios que persiguen la tecnología de captura directa de carbono, la cual extrae carbono del aire y el agua y lo transforma en sustancias utilizables como gasolina, materiales de construcción y productos químicos industriales. Al igual que los combustibles fósiles estándar, el combustible de McGinnis liberaría carbono en el aire cuando se queme, pero no más de lo que su máquina tomó para producirlo. En teoría, es un proceso circular que podría mantener su Golf encendido indefinidamente, sin afectar los niveles de gases de efecto invernadero.

Los expertos creen cada vez más que cualquier respuesta seria al cambio climático debe incluir la eliminación proactiva del carbono de la atmósfera. El otoño pasado, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) describió por primera vez la eliminación de carbono como “esencial”. La ciencia básica de este enfoque se ha comprendido durante décadas, pero sigue habiendo dudas sobre cuándo, o si será posible capturar carbono en el aire a una escala que pueda hacer una diferencia.

Casi inmediatamente después del informe de la ONU, Y Combinator (YC), una renombrada firma de inversión en etapa inicial, hizo un llamado a nuevas compañías que trabajen en la remoción de carbono. La firma, famosa por su papel en el fomento de compañías de software como Airbnb, Dropbox y Stripe, dijo que estaba interesada en proyectos “arriesgados, no probados, que probablemente no funcionen”, y sugirió ideas exóticas, como la construcción de enormes reservorios en el desierto con fitoplancton genéticamente modificado. “Es hora de hacer grandes cambios en esto”, escribió YC en su llamado a la acción.

La compañía de McGinnis, ‘Prometheus’, ofrecía exactamente el tipo de punto de partida clásico que YC parecía buscar: una idea descabellada que tuviera sentido en el papel y pudiera cambiar si se desarrollara más allá de eso. Cuando YC clasificó las docenas de propuestas que recibió, la suya fue una de solo dos en las que decidió invertir. McGinnis trajo su maquinaria, una caja de 1.80 metros de altura con varias puertas cerradas con candados, a la demostración semestral de YC en marzo. Al evento, un maratón de lanzamientos de emprendimientos de dos días, asisten algunos de los inversionistas más destacados del mundo.

Este era exactamente el tipo de cosas que la gente quería escuchar, según Gustaf Alströmer, socio de YC que está trabajando en su proyecto de carbono. “Si dices: ’estoy fabricando gasolina’, incluso si hay una probabilidad de 1 en 500 o 1 en mil de que en realidad funcione, resonarás muy bien con los inversionistas”, dice.
En pocas semanas, McGinnis había recaudado el dinero suficiente para contratar a varias personas y comenzar a planear más allá de su máquina prototipo. McGinnis predice que venderá una pequeña cantidad de gasolina para el próximo año en el rango 3 dólares por galón. Reconoce que alcanzar una escala lo suficientemente amplia como para marcar una diferencia en el clima sigue siendo tremendamente caro. Estima que costaría 800 mil millones reemplazar el mercado de gasolina de EU con combustible neutro en carbono.
Pero no hay necesidad de esperar. ‘Prometheus’ puede vender cualquier gasolina que fabrique en mercados ya existentes y puede usarse para alimentar automóviles fabricados para quemar combustible convencional. La propuesta de resolver el cambio climático con cambios mínimos de comportamiento o de infraestructura es el tipo de pensamiento que ha llevado a algunos ambientalistas a permanecer escépticos sobre la remoción de contaminantes del carbono.
Tecnologías
Julio Friedmann, investigador principal del Centro de Política Energética Global de la Universidad de Columbia, ha estado estudiando la gestión del carbono durante casi dos décadas y dice que ridiculizar los experimentos aparentemente extravagantes es contraproducente. No está claro qué tecnologías darán el salto de proyecto científico a producto comercial, por lo que vale la pena intentarlo todo. Cada parte del sistema de ‘Prometheus’ ya ha demostrado funcionar.

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