La Asociación de Suplidores de Materiales Eléctricos (Asume), valoró de razonable la disposición de la Superintendencia de Electricidad de aplicar los primeros incrementos en la tarifa eléctrica a partir de noviembre de este 2021, y estimó que la misma se corresponde con las metas estipuladas en el Pacto Nacional para la Reforma del Sector Eléctrico.
No obstante, la organización empresarial ve con preocupación que dicho ajuste y desmonte gradual de los subsidios no se reflejen en una mejoría en el servicio y eficiencia de las distribuidoras de electricidad.
A su juicio, mejorar la eficiencia de las EDE a través de la reducción de las pérdidas debe ser la prioridad de todo el sector eléctrico.
"Pero sobre todo, se precisa de nuevas tecnologías y de reducir los fondos destinados para el subsidio eléctrico, recordando que actualmente el Estado está destinando $2,700 millones de pesos mensuales para el pago de subsidios en planes como bonoluz", resaltó Douglas Hasbún, presidente de Asume, a propósito de apoyar la reciente medida del ente regulador.
En ese tenor, reconoció que la disposición forma parte del proceso gradual del desmonte al subsidio del sector eléctrico y del plan de implementación de un nuevo régimen tarifario con la finalidad de estabilizar las finanzas públicas.
"Empero, aunque se han logrado progresos en la reducción de pérdidas y mejoras en los índices de cobro, los compromisos establecidos en el Pacto Eléctrico no podrán ser cumplidos si se continúa el ritmo de inversión actual", enfatizó.
Sugirió partir del plan inicial para integrar a las demás distribuidoras a presentar un método integral de gestión y reducción de pérdidas que abarque todo el sector.
"En Asume somos de opinión que además de ajustar las
tarifas simultáneamente se ejecute un plan integral de gestión y reducción de
pérdidas que logre la rentabilidad de las EDE, en el entendido que según lo
establecido en el Pacto Eléctrico debemos lograr los niveles del 15 % para el
2026", planteó finalmente el dirigente empresarial.
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