miércoles, 11 de septiembre de 2019

Cada vez más inversionistas abandonan acciones de combustibles fósiles



El número de inversionistas institucionales comprometidos a eliminar las acciones de combustibles fósiles de sus carteras ha aumentado de 180 en 2014 a más de 1,100 actualmente, conforme los activistas incrementan la presión sobre las compañías por el cambio climático.

El número de desinversiones de combustibles fósiles ha aumentado drásticamente desde el Acuerdo de París de 2015 para luchar contra el cambio climático. En 2014, inversionistas con un total de US$52 mil millones en activos bajo gestión habían acordado deshacerse de sus activos de combustibles fósiles. Ahora ese grupo representa más de US$11 billones en activos totales, según un informe de 350.org, una organización medioambiental que aboga por la desinversión. Más de 900 inversionistas adicionales, incluyendo gestores de activos, pensiones y aseguradoras, se han comprometido a desinvertir desde el año previo al acuerdo de París.

Ha habido un cambio en la forma en que las personas consideran el impacto de sus inversiones, especialmente después del Acuerdo de París, dijo Ahmed Mokgopo, un activista de desinversiones de 350.org y coautor del informe. “La campaña de desinversión comenzó a cuestionar la legitimidad moral de las compañías de combustibles fósiles y definitivamente lo hemos logrado”, dijo.

Hay pruebas claras de que sus esfuerzos están dando frutos. Royal Dutch Shell calificó las campañas de desinversión como un riesgo material en su último informe anual. Del mismo modo, el presidente ejecutivo de BP, Bob Dudley, dijo en 2018 que los esfuerzos de estos activistas podrían amenazar la seguridad energética y la economía global. Sin embargo, no está claro cuánto dinero se ha desinvertido y qué impacto financiero tangible ha tenido la campaña.

La cifra destacada de US$11 billones representa los activos totales de los inversionistas que se comprometen a desinvertir, no el dinero que se ha desinvertido específicamente de las compañías de combustibles fósiles. Por ejemplo, el fondo soberano de US$1 billón de Noruega está completamente incluido en ese total, no sólo los US$7.5 mil millones que acordaron desinvertir de las compañías de petróleo y gas a principios de este año, dijo Yossi Cadan, director de campaña de finanzas globales de 350.org. Para complicar aún más las cosas, 350.org no puede rastrear los egresos actualizados, pues la desinversión puede ser un proceso prolongado que a menudo lleva años completar.

Sin embargo, los inversionistas que hacen declaraciones públicas no son los únicos que abandonan la industria. “La mayoría de los inversionistas son tímidos; hay mucha más desinversión de la que muestra ese informe”, dijo Kathy Hipple, analista financiera del Instituto para la Economía Energética y Análisis Financiero.

La energía ha sido el sector con peor desempeño en el S&P 500 en los últimos años, por lo que ha valido la pena evitar las acciones de combustibles fósiles, dijo, y señaló que las compañías de petróleo y gas ahora representan apenas el 4.4 por ciento del S&P 500, mientras que en 1980 representaban más del 28 por ciento del índice.

Algunos inversionistas, como el fondo de pensiones nacional de Japón, con valor de US$1.3 billones, creen que es mejor seguir invirtiendo y presionar a las compañías para que cambien sus prácticas comerciales. Pero ese enfoque orientado al compromiso también tiene sus límites, especialmente cuando el principal modelo de negocio de la compañía es el asunto en cuestión. “No vas a lograr a través de compromisos que las compañías de combustibles fósiles — o las compañías de tabaco — dejen de ser compañías de combustibles fósiles o de tabaco”, dijo Craig Metrick, director gerente de la empresa consultora de inversiones Cornerstone Capital Group.

Si los activistas quieren el fin de la industria, las personas tendrán que dejar de usar combustibles fósiles y ni el compromiso ni la desinversión lograrán ese objetivo, dijo Julie Gorte, vicepresidenta ejecutiva superior de inversiones sostenibles de Impax Asset Management. Aunque es cada vez más fácil operar los edificios con energía renovable o utilizar vehículos eléctricos, no hay una alternativa a los combustibles fósiles para los aviones y los barcos, señaló. “ “Siempre que haya un mercado para los combustibles fósiles, alguien invertirá en ellos”.

Hoy.com.do – Financial Times