jueves, 22 de septiembre de 2016

Buques perforación inactivos por caída mundial del petróleo


Trinidad y Tobago.-En un rincón lejano del mar Caribe, uno de esos lugares idílicos en los que la mayoría de los días apenas se ve un pescador tras un marlín azul, los más sofisticados equipos petroleros valorados en miles de millones de dólares se mecen tranquilamente en el agua.
Se trata de buques de alta tecnología para perforación en aguas profundas – unas estructuras enormes con torres gigantes que se elevan sobre las cubiertas.
Son nueve en total, que están apagados hace meses a 19 kilómetros (12 millas) costa afuera de Trinidad & Tobago, a la espera de que se recupere el mercado mundial del petróleo.
Los barcos son propiedad de una empresa llamada Transocean Ltd, que es la mayor operadora de plataformas marítimas del mundo.
Y si bien la decisión de dejar inactiva a parte de su flota pareciera lógica dado el colapso de la actividad de perforación para extraer petróleo, Transocean está verdaderamente asumiendo un enorme riesgo, sin precedentes.
Nadie, anteriormente había cancelado operaciones. En las dos décadas desde que ingresaron al mercado estos modelos nunca existió la necesidad real de apagarlos, y nadie puede decir, con certeza o precisión, qué es lo que va a pasar cuando los vuelvan a activar.
Es una apuesta que Transocean, y un par de operadores de plataformas más pequeños se sintieron obligados a hacer después de haber desembolsado millones de dólares para mantener los motores funcionando en buques que no se usaban.
Esa técnica se conoce como estacionamiento en caliente (warm-stacking), que mantiene los equipos en un puerto seguro con una tripulación mínima, pero cuesta unos US$40,000 al día. En cambio, el estacionamiento en frío (cold-stacking), que es el que se da cuando se apagan los motores, cuesta US$15,000 al día.
El ahorro es importante pero la ansiedad es mucha.
“Estos buques de perforación no fueron diseñados para dejarlos inactivos”, dijo Willard Duffey Jr., un electricista que trabajó 20 para Transocean.
El Deepwater Pathfinder, un equipo en el que trabajó durante cuatro años, fue uno de los primeros en quedar aparcado costa afuera de Trinidad.
“Realmente es muy difícil de determinar si se podrá volver a operar el Pathfinder”, agregó.
Estos buques, que alguna vez fueron llamados los “nuevos” Ferraris del mundo del petróleo, no son barcos ordinarios.
Con un precio de alrededor de US$500 millones la unidad, vienen provistos de proa a popa con dispositivos sofisticados y muy pesados.
Por el momento el estacionamiento en frío viene siendo todo un éxito para Transocean. La empresa reportó una ganancia de US$77 millones en el segundo trimestre sorprendiendo a los inversores.
El precio de sus acciones saltó 8,5 por ciento en minutos a la mañana siguiente en Nueva York.
Mecánicos realizan visitas periódicas para controlarlas unidades, y marineros reclutados localmente hacen rondas, en parte para evitar incidentes criminales. El responsable de operaciones, John Stobart, monitoreo las operaciones recientemente y se mostró animado por la conservación de los equipos.
El Dia