Buenos Aires. EFE.- Los recientes cortes de energía en
Argentina, incluido un apagón sin precedentes que alcanzó a países vecinos, ha
puesto bajo la lupa el sistema eléctrico local afectado por largos años de baja
inversión, tarifas congeladas, falta de planificación y controles
insuficientes.
El apagón del pasado 16 de junio, que afectó durante catorce
horas a todo el país, Uruguay y parte de Brasil, conectados a la red argentina,
dejó ver las limitaciones del sistema nacional de transmisión de electricidad
en alta tensión.
Pocos días después, otro corte dejó sin luz durante cuatro
horas a buena parte de la ciudad de La Plata, capital de la provincia de Buenos
Aires, pero en este caso el fallo estuvo centrado en la red de distribución a
los hogares.
El Gobierno de Mauricio Macri atribuyó el gran apagón del 16
de junio -que afectó a unos 50 millones de usuarios y cuyo impactó de daños
económicos aún no fue calculado- a un “error operativo” de la empresa de
transporte en alta tensión.
El error se conjugó con una respuesta inadecuada de las
empresas generadoras y de distribución, un fallo “inusual” que hizo colapsar al
sistema.
No obstante, para las autoridades no hay un problema estructural
ni de falta de inversiones. Por el contrario, el Gobierno asegura que el
sistema es “robusto”, una afirmación con la que no todos están de acuerdo.
El Nacional