viernes, 6 de noviembre de 2020

¿Qué tanto ha avanzado República Dominicana en sus metas respecto a las energías renovables?

 


Los registros del Plan Energético Nacional (2000-2015) indican que en República Dominicana se comenzó a hablar de energías renovables entre los años ochenta y noventa, época en la que se desarrollaron algunos proyectos impulsados principalmente por organismos internacionales como la Unión Europea, la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), entre otros.

Para entonces el desarrollo de las energías renovables en el país era escaso. No existía un marco legal para fomentar este sector y había poco interés en el tema por parte de la academia, del sector público y privado.

No fue hasta el año 2000 cuando el tema comenzó a tomar relevancia y a partir de entonces se comenzaron a promulgar leyes con el propósito de promover una matriz energética más limpia y sostenible. También el Estado dominicano ha firmado varios convenios internacionales que buscan mitigar el cambio climático y promover la sostenibilidad.

Uno de esos acuerdos es la agenda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), aprobada en el 2015 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que consta de 17 objetivos. Uno de ellos es garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna y una de las metas contempladas es aumentar al 2030 considerablemente la proporción de energía renovable en el conjunto de fuentes energéticas.

En teoría República Dominicana ha avanzado en este sentido. Pero veamos qué nos dicen los resultados.

En el 2018 el Gobierno dominicano presentó un informe nacional voluntario sobre el cumplimiento de la agenda 2030 de los ODS y ahí dejó claro que, al menos hasta el 2016, la generación energética en base a fuentes no renovables había crecido mucho más rápido que las renovables para “satisfacer la creciente demanda de energía en un contexto de un crecimiento económico intenso”.

El documento establece que del 2015 al 2017 las exenciones tributarias en favor de proyectos de energía renovable disminuyeron, al pasar de US$39.8 millones en el 2015; US$26.4 millones en el 2016; hasta llegar a US$17.9 millones en el 2017.

El informe indica que las fuentes de energía eólica y solar continúan teniendo una participación limitada en la oferta y el consumo total de energía, por lo que “es necesario hacer esfuerzos adicionales para acelerar la producción de energía de fuentes renovables”.

Sin embargo, entre el 2017 y el 2019 se desarrollaron grandes proyectos eólicos y solares que incrementaron la participación de las renovables en el sistema eléctrico nacional.

En su memoria institucional del 2019 el Ministerio de Energía y Minas destaca que los avances en materia transición a la energía renovable pueden ser considerados como “muy satisfactorios” porque el país pasó de tener sólo dos parques eólicos en el 2011 a tener 12 proyectos a partir de fuentes renovables en 2019. En ese período la capacidad instalada pasó de 33.45 megavatios (MW) a 492.35 MW.

El organismo destaca además que se han autorizado 16 concesiones más con una potencia total de 768.2 MW, principalmente iniciativas de fuente eólica, y que más de 4,500 clientes autoproducen su energía a partir de fuentes renovables e inyectan a la red de distribución la que no consumen.

A pesar de estos avances, en el informe del MEM consta que la meta presidencial para el período 2016-2020 (en ese entonces el presidente de la República era Danilo Medina) de desarrollar e implementar programas de fomento a la energía renovable se logró en un 48%.

En el país hay quienes coinciden que con los registros de las entidades oficiales y consideran que la participación de las energías renovables en el sistema eléctrico dominicano ha crecido y que esto ha reducido la dependencia de los combustibles fósiles.

Tal es el caso de Roberto Herrera, pasado presidente de la Red Nacional de Apoyo Empresarial a la Protección Ambiental (ECORED) y director ejecutivo de la Compañía de Electricidad de San Pedro de Macorís (CESPM), ahora Energas, que recientemente convirtió sus plantas de generación a gas natural en sustitución del diésel.

“La incursión de las energías renovables ha permitido cumplir con los compromisos que ha asumido el país”, considera Herrera, quien cree, no obstante, que hay ciertas limitaciones, pero no de gran magnitud.

La Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE) también destacó recientemente que el sector eléctrico dominicano otorga cada vez menos preponderancia a los derivados del petróleo, valorando la participación del gas natural. Pero no se debe olvidar que este combustible contiene contaminantes como el CO2.

Listin Diario