viernes, 19 de marzo de 2021

Denuncia pago US$11 millones a Odebrecht en Punta Catalina


El señor Jaime Aristy Escuder ha elaborado y difundido una simple, fácil, pero falsa historia sobre lo que ha sucedido -y sucede actualmente- en la Central Termoeléctrica Punta Ca­talina. Pero le ha faltado explicar ciertos hechos es­candalosos, desconocidos por el gran público, come­tidos durante su gestión en perjuicio del país y a favor de Odebrecht. Veamos:

1. Según el señor Aris­ty Escuder, el propósito estratégico del “señor Al­monte es desacreditar” la central Punta Catali­na para luego venderla a precio de vaca muerta. ¡Hay que estar vivo para ver y escuchar cosas!

Uno de los primeros vo­ceros públicos que enfren­tó durante el año 2019 la intención del gobierno de Danilo Medina de vender Punta Catalina, fue quien suscribe. Esa venta era pro­movida, entre otros, por el propio Jaime Aristy, e in­cluía ceder la mitad de la central por tan solo 308.5 millones de dólares a una firma privada para que, con la garantía de la mis­ma central, el ente privado gestionara un préstamo en la banca internacional por 1,750 millones de dólares y luego firmara un contrato de venta de energía por 30 años con garantía del Esta­do dominicano, a través de las empresas distribuidoras. Esa venta era peor que ven­der una vaca muerta.

2. De otro lado, según el señor Aristy “el despido del superintendente de opera­ciones, del superintenden­te de mantenimiento y de la jefa del sistema de control de calidad del aire (AQCS) (…) ha debilitado la ca­pacidad de tomar decisio­nes oportunas que asegu­ren una buena operación y mantenimiento de esas uni­dades”.

Lo cierto es que, a nues­tra llegada al gobierno, en Punta Catalina trabajaban cerca de 60 ingenieros, de los cuales solo se han ex­cluido tres y han sido susti­tuidos por otros ingenieros altamente experimentados.

El superintendente de operaciones fue sustituido por quien se desempeñaba como segundo en la geren­cia.

El superintendente de mantenimiento fue reem­plazado por el ingeniero Lorenzo Familia, que ha­bía trabajado en el proyec­to Punta Catalina desde el 2013 hasta el 2020 como encargado de la instalación y supervisor de los turbo­generadores y los equipos auxiliares, hasta su puesta en operación comercial.

El resto, 57 ingenieros entrenados para Punta Ca­talina, continúan en el mis­mo lugar en que los encon­tró el actual administrador de la central, ingeniero Se­rafín Canario.

Cuando la central era operada por el consor­cio en coordinación con la CDEEE, la Unidad 1 expe­rimentó graves fallas en la caldera y también en el sis­tema AQCS. Más aún, en marzo del 2020 -y también en abril del mismo año- la caldera de la Unidad 2 su­frió una importante falla que obligó a retirar de ser­vicio a la planta durante más de un mes.

Esos hechos indican que es un simplismo culpar a los funcionarios actuales de Punta Catalina del desastro­so desempeño de la central.

Lo criticable es que du­rante la gestión de Jaime Aristy le fuera entrega­da a cada planta la carta de aceptación provisional que la declaraba como buena y válida, a pesar de que habían revelado no­tables fallas estructura­les. Esas aceptaciones pro­visionales colocaron a la CDEEE contra la pared y casi sin derecho para re­clamaciones eventuales de gran escala.

Otra falacia del señor Aristy Escuder es afirmar que “(…) la CDEEE ha es­tado tomando medidas sin éxito todavía para elimi­nar la presencia de cloruro de sodio en la caldera de la Unidad 2”. Nada es más fal­so. Desde el mismo tres de enero 2021 ha sido el con­sorcio Odebrecht el que ha estado a cargo de la repa­ración de la caldera 2, no la CDEEE. La Unidad 2 está todavía en garantía hasta el 24 de abril 2021 como mí­nimo.

La capacidad de las calderas

Desde hace tiempo, junto al ingeniero Canario, he­mos cuestionado que la ca­pacidad real de las calde­ras sea de 376 MW bruto como afirma y repite Jaime Aristy. Las razones de nues­tra preocupación son bási­camente dos:

Primero, porque la capa­cidad máxima de la calde­ra determina el régimen de trabajo térmico a que será sometida en operación nor­mal. Quiere decir que, si se utiliza un régimen de flu­jo de vapor, presión, (etcé­tera), equivocado, enton­ces la caldera podría sufrir daños catastróficos. Lo que significa que es necesario precisar la capacidad real.

En el caso de Punta Ca­talina, el contrato se firmó para capacidad máxima de 360 MW bruta y 337.7 MW neta. Esa capacidad fue luego ratificada por la propia fabricante Babcock and Wilcox en carta de fe­cha 27 de enero último, aunque de modo sorpren­dente, la misma empresa en otra carta de fecha 12 de febrero intentó desmen­tirse a sí misma apoyán­dose en datos de la firma McHale Associates, que no es fabricante de calderas.

La diferencia es que todas las pruebas y documentos in­dican que la única manera de llevar esas plantas a 376 MW y sostenerlas de modo continuo es con una tasa de flujo de vapor sobrecalen­tado en la caldera muy su­perior a lo especificado por el fabricante y con un fac­tor de potencia en el genera­dor eléctrico igual a 1 y no a 0.85, como es lo requerido. En esas condiciones, para mantener 376 MW las calde­ras trabajarían forzadas y su­frirían daños estructurales.

La segunda razón, o me­jor dicho, la verdadera ra­zón, es el Anexo T del con­trato de EPC firmado entre la CDEEE y Odebrecht.

Dicho anexo estable­ce que por cada megavatio superior al valor neto ga­rantizado en el contrato, la CDEEE deberá pagar un millón de dólares adicio­nal como compensación a Odebrecht. Es decir, si co­mo defiende Jaime la cal­dera tiene 376 MW bruto y 347MW netos, entonces la CDEEE debía pagarle más de Diez millones de dólares extras a Odebrecht.

Lamentablemente pa­ra la CDEEE, el 10 de ene­ro del 2020 según lo esti­pulado en un Acta Acuerdo de antología, Jaime Aristy y Rubén Bichara acordaron pagar a Odebrecht unos 11 millones de dólares adicio­nales, amparándose en el citado Anexo T.

Lo dicho en esa Acta Acuerdo se resume en el si­guiente párrafo:

“La corporación recono­ce que en fecha 10 de ene­ro de 2020 ha tenido lugar, a satisfacción de la Corpo­ración, el cuarto Evento Ac­tivante Monto Adicional Disputas Existentes esto es que la unidad 2 ha alcanza­do exitosamente una car­ga igual o mayor a 376 MW (máxima carga nominal) de generación durante 2 horas continua/ininterrumpidas, operando con tres molinos de carbón y antorchas con diésel. Dicho Evento Acti­vante Monto Adicional Dis­putas Existentes será fac­turado por la suma de US$ 11,000,000.00, mediante factura que será emitida en fechas 25 de enero de 2020 y cuyo pago será dentro de los 30 días contados a partir de la presentación de la fac­tura correspondiente”.

Después de la lectura de este párrafo, no creo que sea necesario decir más…

Antonio Almonte