viernes, 19 de agosto de 2016

Luisiana tiene el gran reto de proteger industria del crudo

Washington.-Desde una altura de 1.5 kilómetros resulta difícil distinguir dónde estaba ubicada la costa del estado de Luisiana.
Sin embargo, uno puede darse una idea viendo los restos de los conductos de petróleo que estuvieron ahí por décadas.
Alguna vez, estos conductos cruzaron espesos pantanos para abrir paso a ductos o buques.
Ahora están rodeados de agua, y todavía se perciben algunos bordes verdes que sobresalen conforme el mar se va tragando la ribera.

Estos conductos cuentan una historia acerca de la omnipresencia de la industria en la historia de Luisiana, pero también son una señal de un futuro preocupante: US$100,000 millones en infraestructura energética están en peligro por la elevación de los niveles del mar y la erosión.
Conforme la línea costera se desvanece, un laberinto de tuberías queda expuesto a la corrosión que provoca el agua marina; refinerías, zonas de tanques y puertos están en riesgo.
“Todos los ductos, todas las cosas que se instalaron en los 50s, 60s y 70s fueron diseñadas para ser protegidas por los pantanos”, dijo Ted Falgout, un consultor energético y ex director de Port Fourchon.
Luisiana tiene un plan ambicioso -y caro- para proteger tanto a su principal industria como a sus ciudadanos de esta amenaza, pero, como el año próximo espera tener un déficit de US$2,000 millones, el estado tiene pocos fondos para elevar sus costas, que se están hundiendo.
Eso significa que la industria petrolera y gasera encara nuevas presiones para financiar proyectos ambientales críticos.
“La industria ahí se ha valido del ambiente natural para proteger su infraestructura, pero el medio ambiente está cambiando”, dijo Kai Midboe, director de investigación de políticas en Water Institute of the Gulf. “Necesitan hacer algo al respecto”.
Cada año el Golfo se traga más de 51 kilómetros cuadrados de tierra en Luisiana.
En Port Fourchon, que da servicio al 90 por ciento de la producción de crudo en aguas profundas, la línea costera retrocede cerca de 1 metro por mes.
En todo el estado, más de 980 kilómetros de tuberías quedarían expuestas en los próximos 25 años, de acuerdo con un estudio conjunto de Louisiana State University y Rand Corporation.
La industria privada es dueña de más del 80 por ciento de la costa de Luisiana. La pérdida de tierra firme agrava otra amenaza natural: las inundaciones relacionadas con las tormentas, como la que afecta ahora a Baton Rouge.
Cerca de 40,000 hogares en el sureste de Luisiana han sido afectados por las devastadoras inundaciones y al menos 11 personas han muerto.
La inundación se produjo después de que algunas zonas recibieron más de 66 centímetros de lluvia en un periodo de tres días, lo cual hizo que se desbordaran algunos diques a lo largo de varios afluentes.
Las islas barrera, pantanos y manglares reducen el efecto de las tormentas al absorber la lluvia como una esponja. P
El estado calcula que el daño por inundaciones podría incrementarse en US$20,000 millones en los próximos años si la costa no es reforzada.

El Día