domingo, 14 de junio de 2020

El gran dilema con la nuclear: el cierre de un reactor dispara las emisiones en Nueva York tras enchufarse las plantas de gas…


¿Qué hacemos con la energía nuclear? Decenas de países cuentan con la nuclear como una de sus principales fuentes de electricidad. Su futuro está en entredicho desde hace años, pero con el proceso de descarbonización al que se enfrenta el planeta en los próximos 30 años, hay que comenzar a tomar decisiones al respecto del futuro de una tecnología que no emite CO2 cuando genera, pero por contra no tiene la versatilidad suficiente para funcionar como respaldo de las energías renovables, frente a otras tecnologías como las centrales térmicas ya sean de carbón o de gas, o incluso no permita su desarrollo e integración.

Justo este martes se han conocido dos informaciones que dejan claro que el futuro de la nuclear es complejo. Por un lado, en EEUU el cierre de una central nuclear ha traído consigo un aumento de las emisiones. Y por otro lado, se ha conocido un informe que asegura que la nuclear como energía inflexible no permite la integración de renovables en Reino Unido.

Vayamos por partes. El 30 de abril de 2020, Nueva York cerró el reactor nuclear Indian Point 2 (IP2), eliminando así más electricidad libre de carbono que la generada anualmente por toda la energía eólica y solar (a escala de servicios públicos y «detrás del medidor») desplegada en todo el estado durante los últimos 20 años.

“En 2019, la energía eólica y solar en Nueva York produjeron alrededor de 6.600 gigavatios hora (GWh) de electricidad. Indian Point produjo 16.700 GWh. Al cerrar solo la mitad de esta planta nuclear, Nueva York causó más daño al clima que destruir todas las turbinas eólicas y paneles solares del estado», asegura el investigador Isuru Seneviratne. «Es realmente miope», afirma.

Los datos del Operador del Sistema Independiente de Nueva York (NYISO) revelan que la energía de reemplazo proviene del gas. Esto incluye nuevas plantas de energía de combustibles fósiles (Cricket Valley en Dover y CPV en Wawayanda), así como un mayor uso de plantas de energía existentes alrededor del área metropolitana de la ciudad de Nueva York.

Con las renovables no es suficiente. Si el objetivo del Estado de Nueva York es reducir emisiones, ¿por qué se decide hacer esto entonces? El cierre de IP2 crea un agujero en la generación de carga base que sirve a la región del estado que solo puede compensarse con fuentes que no generaban electricidad antes de que IP2 cerrara o que las plantas existentes funcionaran más.

«Desafortunadamente, hoy esa fuente es el gas», dice Leonard Rodberg PhD, físico y profesor emérito de Estudios Urbanos de Queens College/CUNY. “No es posible hacer que el viento sople más fuerte y que el sol brille más porque Nueva York desconectó tontamente un gigavatio de electricidad libre de carbono. La consecuencia de ‘obtener’ ganancias previas en renovables y eficiencia para aparentemente ‘reemplazar’ IP2 es que los combustibles fósiles previamente evitados ahora deben ser quemados».

Pero esta situación de la nuclear en EEUU choca también con lo que sucede en Reino Unido.


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