Para recrearse, una persona decide poner a volar una
chichigua. La cometa vuela alto, pero su cola se enreda en un cable del tendido
eléctrico. Como el individuo no puede subirse a desenvolverla, da por perdido
el instrumento que por un rato lo entretuvo sin reparar en una consecuencia: el
material enredado podría dejar sin energía a un barrio.
Cada año, la Empresa de Transmisión Eléctrica (ETED) retira
más de 2,500 colas de chichiguas a nivel nacional que representan un daño a las
infraestructuras, y conllevan que se tripliquen los mantenimientos y el número
de brigadas destinadas a retirarlas del tendido, para tratar de evitar
interrupciones en el suministro eléctrico.
“El problema es que, cuando se vuelan chichiguas, las colas
de las chichiguas se quedan enredadas, a veces cuando se van en banda o a veces
se cortan y se quedan enredadas”, explica el administrador de la ETED, Martín
Robles. “Entran a las líneas de transmisión, que son las más altas y son las
primeras que tocan cuado viene una cayendo; se enredan en los cables”.
Mientras el material enredado está seco no representa un
problema para la línea de electricidad. “Pero, cuando en la madrugada, ya con
la humedad, el sereno, el rocío o una ligera lloviznita, moja ese trapo; cuando
moja, es un conductor, y entonces hace un cortocircuito con los dos cables y
ahí saca la línea de servicio”, detalla el ingeniero Robles.
Informa, además, que el alto voltaje que pasa por las líneas
de transmisión es muy peligroso para el ser humano, por lo que cuando una
chichigua se enreda en los cables de energía y la persona trata de recuperarla,
puede recibir descargas eléctricas que producen graves quemaduras y hasta la
muerte.
El sistema tiene respuesta ante las eventualidades con las
chichiguas. Inmediatamente se produce un cortocircuito, saca de servicio la
línea afectada, pero se produce un problema en el propio sistema que debe
reponer esos megavatios que salen de la transmisión para que no haya un colapso
y se mantenga el equilibrio entre la oferta y la demanda de energía.
Las interrupciones provocadas por las chichiguas representan
pérdidas millonarias para ETED, que sobrepasan los 10 millones de pesos al año,
según estima la entidad.
Los sectores donde ocurren más casos son los de la parte
este y norte de la ciudad. Las interrupciones focalizadas del servicio pueden
ir desde media a una hora. En el peor de los casos podría generarse un apagón
complejo que se restauraría en seis u ocho horas.
Es en la época actual del año -la Cuaresma y Semana Santa-
que se incrementa el vuelo de chichiguas al favorecerles la dirección del
viento y las vacaciones. Por tal razón, la ETED reactivó una campaña denominada
“Vuela en un lugar seguro” para concienciar a la población sobre los peligros
de elevar una chichigua cerca del tendido eléctrico.
“Tenemos que desplegar todos los días, en esta temporada,
brigadas en motores, chequeando a ver si hay chichiguas en la línea y, segundo,
si la hay, entonces un camión canasto detrás para venir a quitarla”, dice
Robles.
Al preguntarle al funcionario, dónde, entonces, se deberían
volar las chichiguas, responde: en lugares de cielo abierto y no cerca de
torres, postes o cableados de energía.