En El Chorro de Bonao recién acaba de instalarse una
microcentral hidroeléctrica que se alimenta del arroyo El Brazo, supliendo
energía a 35 hogares. En localidades apartadas o de difícil acceso, esas
infraestructuras están ayudando a las familias a mejorar sus condiciones de
vida.
Al disponer de electricidad pueden alumbrar sus hogares,
utilizar refrigeradores para tomar bebidas frías y preservar alimentos, cargar
teléfonos celulares, acceder a internet, instalar lavadoras, tener televisores
para recrearse e informarse y utilizar abanicos para mitigar las altas
temperaturas que año tras año vienen registrando cifras récord.
En adición, los centros de salud, las escuelas y otros
mejoran los servicios que ofrecen a la comunidad.
Entidades gubernamentales, privadas, agencias de
cooperación, comunidades y organizaciones no gubernamentales han estado creado
sinergia para el establecimiento de sistemas de generación de energía con
fuentes hídricas.
Por ejemplo, la microhidroeléctrica de El Chorro contó con
el concurso de esa comunidad; y apoyaron este proyecto el Fondo para el Medio
Ambiente Mundial; el Guakía Ambiente; el Programa de Pequeños Subsidios; la
Fundación Popular; la Unidad de Electrificación Rural y Sub-Urbana de la
Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales; el Ministerio de Medio
Ambiente y Recursos Naturales; la Asociación de Caficultores Nuestra Señora de
Fátima y de la Federación de Campesinos hacia el Progreso.
Resalta, además, el Programa de Electrificación Rural basado
en Fuentes de Energía Renovable (PER Renovables) en localidades de las
provincias San José de Ocoa, San Juan de la Maguana, Santiago Rodríguez,
Bahoruco, Espaillat y Hermanas Mirabal, implementado de 2008 a 2014 con fondos
y esfuerzo conjunto de la Unión Europea, el Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo, el Programa de Pequeños Subsidios, la Dirección General de
Cooperación Multilateral y el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos
(INDRHI).
La iniciativa procuró en las comunidades seleccionadas
enfrentar la pobreza, mejorar la calidad de vida y crear redes de cooperación
mutua y de interés común. También, reducir la dependencia del petróleo mediante
la electrificación sostenible y el fomento del aprovechamiento de diferentes formas
de energía renovable.
De su ejecución resultó la instalación de 10
microhidroeléctricas que benefician a 910 hogares con un suministro potencial
de energía por familia de 187 kilovatios/hora por mes. Cada obra contó con el
aporte de las comunidades; se capacitó personal para su operación,
mantenimiento y manejo contable y se realizaron campañas para el uso racional
de la energía y la reforestación de las microcuencas con influencia en los
sistemas desarrollados.
Estudio de impacto
En 2016 fue publicada una investigación sobre el impacto de
más de 40 sistemas microhidroeléctricos comunitarios en República Dominicana y
Haití en funcionamiento, beneficiando de forma directa a más de 4,000 familias.
“La generación de electricidad limpia evita la emisión de
más de 24,000 toneladas de CO2 por año, mientras que las comunidades donde
estos sistemas quedan instalados, están conservando y/o restaurando más de 70
km2 de bosques”, señala la publicación, que contó con el auspicio del Programa
de Pequeños Subsidios, el Fondo para el Medio Ambiente Mundial; Guakía Ambiente
y la Fundación Interamericana (IAF, en inglés).
Resalta que la producción de electricidad de fuentes
renovables es una manera efectiva de reducir la presión asociada al uso de
combustibles fósiles: “Los sistemas descentralizados de generación, basados en
la gestión local de la producción eléctrica, constituyen una medida
significativa por su sostenibilidad y adaptación a los nuevos escenarios climáticos,
puesto que fomentan en la población local un cuidado integral hacia el ambiente
en el cual vive”.
Expone, además, que la implementación de esas iniciativas
“implica un proceso de empoderamiento que se traduce en desarrollo local, con
implicaciones significativas en términos de reducción de las tasas de migración
hacia las áreas urbanas. La experiencia demuestra que la llegada de la
electricidad es solamente una de las metas, puesto que la misma introduce en el
grupo beneficiario nuevos desafíos e impulsa la mejora de las condiciones de
vida”.
10 BENEFICIOS DE LA HIDROELECTRICIDAD
El Programa de Pequeños Subsidios ha documentado algunos
impactos en las comunidades beneficiadas al disponer de hidroelectricidad.
1. Servicio de electricidad permanente.
2. Acceso a tecnología que facilita el trabajo doméstico,
con especial beneficio para las mujeres.
3. Aprovechamiento de las horas nocturnas para actividades
formativas.
4. Mejoría en la comunicación vía teléfono e internet.
5. Respeto al medioambiente.
6. Incremento de la cobertura forestal en la zona de
intervención.
7. Fortalecimiento de la organización comunitaria.
8. Se evita lanzar a la atmósfera numerosas toneladas
anuales de emisiones de dióxido de carbono.
9. Absorción de emisiones de CO2 mediante la reforestación.
10. Se reduce el consumo de miles de galones de combustible
fósil.
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