México. México podría reducir hasta un 40% sus emisiones contaminantes para 2030 con un mayor impulso a proyectos de eficiencia energética en transporte, industria y edificios públicos, según un estudio del grupo de expertos Ethos Laboratorio de Políticas Públicas.
El análisis "Hacia un México Sostenible: Asociaciones Público Privadas en Eficiencia Energética" advierte que los más de 30 millones de automóviles y vehículos de transporte de mercancías absorben el 45% de la energía que se consume en el país, que en su caso se trata de gasolina.
Cada año el país genera 431 millones de toneladas de bióxido de carbono, una cantidad que podría reducirse casi a la mitad a través de medidas puntuales para hacer más sostenible el consumo de electricidad y combustible en los distintos sectores, aseguró el directivo del laboratorio y supervisor del estudio, Diego Ortiz.
Expuso que estimaciones apuntan que México necesita inversiones por valor de US$5.000 millones anuales para cumplir la meta comprometida en el Acuerdo de París sobre el Cambio Climático, por lo que una figura para detonar proyectos de eficiencia de consumo es la cooperación público-privada.
La industria productiva, que consume el 30% de la energía en el país, podría reducir su demanda reciclando materiales y modernizando su equipo hacia uno que gaste menos energéticos, entre otras medidas, señala el estudio.
"Pensamos que se podría reducir hasta el 40 por ciento de esas toneladas con este tipo de medidas en un escenario muy positivo", dijo a Xinhua el directivo del grupo de expertos mexicano.
El gobierno ha empujado la industria de las energías renovables y promovido la eficiencia a través de más de 10 programas y 27 normas, sin embargo el estudio plantea que las inversiones actuales no alcanzan para reducir el 25% de las emisiones para 2030, como se comprometió en el acuerdo multilateral.
La publicación subraya que el impulso a la eficiencia energética reduciría el impacto ambiental causado por el consumo de electricidad, que en un 80 por ciento se genera en el país a través de combustibles fósiles.
Ortiz ejemplificó que proyectos de cooperación con el sector privado podrían acelerar la migración de las flotas de transporte de personas y mercancías hacia vehículos eléctricos o híbridos, además de facilitar estudios que mejoren tiempos y recorridos de autobuses públicos en las ciudades para que ahorren energía.
"Aunque el autobús no sea eléctrico, que sea de hidrocarburos, solo el hecho de que transporte gente de manera más eficiente ya tiene un impacto en el consumo de energía", explicó.
La industria productiva, que consume el 30% de la energía en el país, podría reducir su demanda reciclando materiales y modernizando su equipo hacia uno que gaste menos energéticos, entre otras medidas, señala el estudio.
En la actualidad, la minería, química, acero y hierro son los sectores productivos que absorben en mayor medida la energía, aunque la industria de la manufactura aumentará su demanda ante su expansión en el país.
El experto indicó que en este caso es necesario que las políticas públicas estimulen a las fábricas a mejorar su desempeño energético, principalmente las que proveen insumos a las grandes compañías que, en general, ya toman acciones ambientales.
"Hay mucha oportunidad en rediseño de procesos, logística más integrada y más eficiente. Se pueden reducir costos en energía o se pueden reciclar materiales", apuntó.
"Desde la parte privada hay mucho interés por la parte de reducción de costos. Creemos que hay oportunidad del sector público para apoyar en política pública a tener este programa de incentivos para industrias", abundó.
Las alianzas público-privadas también podrían aprovecharse en la infraestructura pública, como oficinas gubernamentales, escuelas, alumbrado y saneamiento de aguas, cuyos edificios pueden ahorrar energía haciendo más eficiente su iluminación o equipamiento.
"Vemos al sector público muy interesado porque además son edificios que muchas veces son de su propiedad", dijo el experto.
Ortiz enfatizó que el gobierno mexicano podría tomar nota de las experiencias internacionales para crear esquemas adecuados de financiamiento en alianzas público-privadas para los proyectos en eficiencia, dado que existen varios casos exitosos en otros países.
Recordó que en México ya se implementan asociaciones público-privadas en otros sectores, como el recientemente adjudicado proyecto para la construcción y operación de banda ancha, conocida como Red Compartida, que prevé inversiones privadas por US$7.500 millones.
"Consideramos la asociación público-privada como un importante factor para cumplir las necesidades de inversión, pero también poder tener un plan de acción más integral, mucho más transparente", refirió.
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