El hidrógeno podría ser competitivo en costes con respecto a otras fuentes de energía alternativas en 2030, dependiendo del uso al que se destine y otros factores como la disponibilidad de energías renovables, según la consultora Bain & Company.
El crecimiento del mercado del hidrógeno dependerá de la potencia renovable instalada en los diferentes países, la disponibilidad económica para producir hidrógeno limpio y las infraestructuras de la cadena de suministro necesarias para suministrarlo asegura la consultora en un informe presentado este miércoles.
El sector del transporte espera que el hidrógeno sea competitivo alrededor de 2030, aunque se puede adelantar esta fecha a 2025 en el caso de los trenes, camiones, coches y autobuses, y atrasarse hasta 2040 en furgonetas, aviones y barcos.
En cuanto al suministro de calor y energía para los edificios, el hidrógeno podría ser competitivo en condiciones óptimas como muy pronto en 2025, mientras que en las condiciones actuales no lo será hasta 2040, según la fuente.
Para su aplicación en edificios de uso industrial, la consultora sitúa la horquilla entre 2030 y 2040 dependiendo de las diferentes industrias, ya que en algunas de ellas el hidrógeno es la única alternativa energética realista.
Respecto al uso
de hidrógeno como materia prima industrial, en el caso del acero habrá que
esperar como mínimo hasta 2030, mientras que en la refinería ya podrá ser
competitivo durante esta década.
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