Hace apenas dos semanas, ante la crisis del Coronavirus y la debacle de los precios del crudo, la agencia internacional de calificación crediticia Fitch Ratings incluyó a las productoras de energía entre el grupo de crédito corporativo con más riesgos en América Latina.
Apenas una semana después, los mercados latinoamericanos fueron presa del pánico y las cotizaciones se suspendieron en las dos grandes bolsas, la de México y la de Brasil, donde además el real brasileño alcanzó mínimos históricos frente al dólar. Parece que la desaceleración económica será mundial.
No obstante, parece que el coronavirus no ha afectado al sector energético en la región, según Fitch Ratings, que no prevé acciones inmediatas significativas en los cerca de 60 proyectos que califica, entre los que se cuentan proyectos de energía térmica, energía renovable, industriales y de agua.
El motivo: los proyectos de energía generalmente se basan en contratos de compraventa a precio fijo con contrapartes sólidas que utilizan tecnología fiable, para minimizar la volatilidad del flujo de efectivo. La mayoría incluyen deuda de tasa fija totalmente amortizable y reservas de liquidez estructuradas que respaldan la estabilidad de las calificaciones, añade la agencia. Además, muchos proyectos cuentan con reservas suplementarias, garantías de terceros, coberturas financieras y otras mejoras estructurales para mitigar la volatilidad del flujo de efectivo.
Solo los proyectos cuyos ingresos están expuestos al riesgo de los precios tienen más probabilidades de ser potencialmente susceptibles a los efectos de la pandemia de coronavirus, y en el listado que califica Fitch apenas hay tres de este tipo. En las próximas dos semanas publicará los resultados de las revisiones de estos tres proyectos.
En las semanas siguientes, Fitch examinará los proyectos expuestos a riesgos menos inmediatos que pueden aumentar a causa de la pandemia de coronavirus, entre los que menciona el riesgo de refinanciación a corto plazo, el riesgo derivado del tipo de cambio, el riesgo asociado con la finalización de los proyectos y reclamaciones a las contrapartes del contrato por fuerza mayor. “Esos riesgos se limitan a una pequeña parte de la cartera de proyectos de energía de Latam, y suelen mitigarse sustancialmente mediante apoyo externo en forma, por ejemplo, de garantías aportadas por la empresa matriz. Sin embargo, los posibles efectos de la pandemia pueden alterar las expectativas lo suficiente como para justificar la adopción de medidas de calificación”, añade la compañía.
Finalmente, otros proyectos se verán afectados por las clasificaciones de sus contrapartes en materia de ingresos o por las clasificaciones de la deuda soberana.
Fitch añade que adoptará medidas de calificación lo antes posible cuando la evolución de la situación lo justifique.
PV Magazine