La cotización del petróleo intermedio de Texas (WTI, siglas en inglés), de referencia para el mercado dominicano, ha presentado una alta variabilidad en este último mes, influenciado por la incertidumbre económica generada por la crisis del nuevo coronavirus covid-19.
La caída del mercado de crudo también se presenta en un escenario caracterizado por la decisión de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes de competir con Rusia en el aumento de producciones de crudo.
Esta situación de volatilidad lo ejemplifica la baja estrepitosa de 24.59% el 10 de marzo, calificado por muchos analistas como “el lunes negro”, cuando el costo del crudo tejano alcanzó mínimos de US$27.34, los más bajos desde el marco de la Guerra del Golfo en 1991.
Sin embargo, al día siguiente, el WTI renacía con un alza súbita del 10.38%, generada por los estímulos económicos propuestos por la administración del presidente Donald Trump y el recorte de 75 mil barriles de crudo por parte de los productores.
La calma de las petroleras duró poco. La suspensión de vuelos provenientes de Europa decretados por la Casa Blanca, en aras de prevenir el importe de nuevos casos de covid-19, hizo reaparecer los números rojos.
Al día de hoy, el descenso permanece en 4.97% y el último contrato registrado hasta esta hora cerró en US$31.34, con una diferencia de solo US$0.21 al cierre del lunes negro.
El promedio de precios mantenido por el WTI desde el 12 de febrero hasta la fecha ha sido de US$46.58, con una variación del 37.24%, lo que indica que los volúmenes de petróleos producidos se mantienen inversamente proporcionales al alza del costo por la baja demanda del combustible.
Dentro de estos 23 días laborales, el 60.9% de las cotizaciones del barril mantuvieron números rojos, cerrando la mitad de los contratos futuros entre US$41.00 y US$50.00.
El descenso de los barriles por debajo de los US$50 comenzó desde el 25 de febrero, cuando Italia, Corea del Sur y Japón ejecutaron medidas de contención para evitar más casos de contagio del nuevo coronavirus hasta el 6 de marzo, cuando la poca necesidad del oro negro agudizó su tendencia a la caída.
El crudo ha situado las ventas en números verdes solo nueve veces en este mes, oscilando las últimas cotizaciones entre US$51.00 y US$53.00, para una representación del 66.7% dentro de las alzas. Esto ocurrió durante la primera semana, antes de los casos reportados fuera de China.
Todas las subidas que ha presentado el WTI hasta el momento han sido favorecidas por los recortes en el volumen de petróleo por barril (bpm). A menos volumen, menos pérdidas y por lo tanto, mayor precio. Así lo demostró el cierre del 20 de febrero, en el que la petrolera de Texas produjo sólo 30.67 miles de bpm y el dólar logró un cierre de 53.78%, con máximas de US$54.50, las más altas apreciadas desde enero.
Al mismo tiempo, las decisiones que generan confianza en los compradores, así como el reporte de menos casos de coronavirus, aumentan la compra. El cierre del 20 de febrero ocurrió en un contexto en el que Trump sometía sanciones a la petrolera rusa Rosneft por sus relaciones con Venezuela y la ralentización de los casos en China por segundo día consecutivo, beneficiando la adquisición del crudo estadounidense.
A pesar de que los dos factores mencionados han demostrado favorecer la dinámica petrolera, las tensiones generadas tras el rechazo de Rusia de reducir las producciones de petróleo demostró, para los analistas, que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha perdido fuerza como institución conciliadora.
Además, las medidas tomadas por la administración de la Casa Blanca podrían resultar insuficientes para apuntalar los costos, menos después de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmara que el covid-19 ya puede considerarse una pandemia.
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