En un informe publicado por el Rocky Mountain Institute se formulan recomendaciones sobre instalaciones fotovoltaicas sobre cubierta en las regiones afectadas por los vientos fuertes. El estudio se basa en los conocimientos de los ingenieros estructurales a los que se les pidió que analizaran 25 sistemas solares en cinco islas del Caribe tras el paso de los grandes huracanes en 2017 y el año pasado.
En los últimos años se han dado muchos ejemplos de los daños que los fenómenos meteorológicos extremos pueden causar a las instalaciones solares en tierra y sobre cubierta. Aunque las condiciones en el Caribe hacen que la región sea ideal para la energía solar en muchos sentidos, los huracanes son una amenaza recurrente.
El informe “Select Best Practices for Resilient Roof-Mount PV Systems with Hurricane Exposure”, publicado por el Rocky Mountain Institute (RMI), se basa en las conclusiones de los ingenieros estructurales que examinaron el estado posterior a los huracanes de 25 sistemas sobre cubierta en cinco islas del Caribe. Los ingenieros observaron similitudes en los sistemas que sucumbieron a la presión de los vientos fuertes, así como características compartidas de los sistemas que sobrevivieron.
El RMI señaló que aún no existen standars para los sistemas fotovoltaicos sobre cubierta en zonas de vientos fuertes y que muchos sistemas se han instalado de acuerdo con diseños pensados para baja velocidad del viento procedentes de Europa y Estados Unidos.
Fallas del sistema
“El primer estudio “Solar Under Storm” fue uno de los informes más populares de la RMI en 2018”, dijo Chris Burgess, director de proyecto del Programa de Energía de las Islas de la RMI. “Proporciona un conjunto de mejores prácticas para proyectos solares montados en tierra en zonas de vientos fuertes. El informe fue adoptado en el Código de Construcción del Caribe Oriental y se utiliza para informar de los requisitos técnicos para proyectos a gran escala en todo el Caribe”.
El nuevo informe descubre varias causas fundamentales de las fallas de los sistemas y hace recomendaciones para la protección contra el viento en las instalaciones sobre cubierta del Caribe. Las soluciones sugeridas se centran en el uso apropiado de los equipos como abrazaderas y balasto, procesos integrales de inspección y evaluación de la calidad y, lo que es más importante, la colaboración entre los proveedores, los instaladores y los propietarios de los sistemas.
Costo adicional mínimo
El estudio de los tejados también determinó que, si bien el costo de las medidas de protección contra las tormentas es muy específico del lugar y del proyecto, en general el costo de emplear esas medidas representaba un aumento de solo un 5% aproximadamente. Los costos se producen en la ingeniería, adquisición y construcción (EPC) gracias a la mano de obra adicional necesaria y al hardware adicional, en forma de módulos de mayor valor, soportes y fijaciones. Como ejemplo, el instituto dijo que la implementación de sus recomendaciones para una instalación de 250 kW en un tejado en el Caribe añadió alrededor de 30.000 dólares en costos de EPC. “Los costos adicionales de mitigación de la resiliencia son dinámicos, debido tanto a la cadena de suministro mundial como a las continuas mejoras”, se lee en el informe, “pero de todas formas, han demostrado ser dinero bien gastado para aquellos expuestos a huracanes, tifones y otros eventos de viento fuerte”.
Burgess de la RMI añadió: “La energía solar sobre cubierta es un activo energético crítico que está experimentando un tremendo crecimiento a nivel mundial. La energía solar es la fuente número uno de electricidad para muchas naciones insulares, por lo que es importante entender cómo asegurar estos activos de las grandes tormentas”.
PV Magazine