Las dos principales petroleras de Estados Unidos, ExxonMobil
y Chevron, aumentaron sus beneficios pese a la caída de los precios del crudo
en el último trimestre de 2018, cuyos resultados presentaron este viernes.
ExxonMobil cerró el pasado año con unos beneficios netos de
20.840 millones de dólares, un 5,7 % más que en 2017, mientras que Chevron ganó
14.824 millones, un 61 % más; en ambos casos reflejando impactos negativos
arrastrados de la reforma fiscal.
La primera petrolera de EEUU, con sede en Irving (Texas) y
que facturó 290.212 millones en doce meses, se vio beneficiada en 2017 por los
cambios impositivos en el país, por lo que en este ejercicio recién difundido
las cifras de Exxon no lucieron tanto, especialmente en el cuarto trimestre.
ExxonMobil tuvo un beneficio trimestral entre octubre y
diciembre de 6.000 millones de dólares, un 28,4 % menos a nivel interanual,
pero si se excluye el impacto de la reforma fiscal, las ganancias se dispararon
un 71,7 % en esos tres meses.
En el cuarto trimestre de 2018, la compañía aumentó su
producción en un 4 %, hasta unos 4 millones de barriles diarios de producto
equivalente al petróleo, impulsada por el crecimiento en la cuenca permiana
situada al sur de EE.UU., entre Texas y Nuevo México.
El consejero delegado de ExxonMobil, Darren W. Woods,
destacó en un comunicado que los “sólidos resultados” en ese periodo de
“volatilidad de los precios” demuestran la capacidad de la empresa para
funcionar adecuadamente en distintas coyunturas de mercado.
Woods, que participó este viernes en su primera conferencia
telefónica para comentar los resultados, ha acometido proyectos para
revitalizar la firma y hallar oportunidades de perforación en áreas como Texas,
Papúa Nueva Guinea, Guyana, Mozambique o Brasil, apuntan los analistas.
Por su parte, la segunda petrolera de EE.UU., con sede en
San Ramón (California) facturó 166.339 millones en 2018 y tuvo una producción
total de crudo nunca vista en su historia, de 2,93 millones de barriles diarios
(+7 %).
Igual que su rival, Chevron tuvo buenos resultados en la
cuenca permiana del sur de EE.UU., donde ha comprado recientemente una planta
de refinería, y está intentando potenciarse en el Golfo de México y en
Kazajistán, según indicó su máximo ejecutivo Michael Wirth.
En el último trimestre del año, la firma tampoco se vio
demasiado afectada por la bajada en los precios del petróleo, ya que ganó 3.730
millones, un 20 % más que lo que obtuvo en el mismo periodo del año anterior y
por encima de lo esperado en Wall Street.
Los analistas habían estado pendientes de cómo afectarían a
las empresas del primer país productor de petróleo los altibajos de los precios
internacionales experimentados el año pasado, en el que se pasó de temer una
escasez de oferta a un exceso.
El petróleo de Texas, de referencia en EE.UU., perdió más de
un tercio de su valor en los últimos tres meses del año, poniendo fin a la
bonanza que atravesaba el mercado desde la crisis de 2016, y ahora siguen
preocupando los asuntos geopolíticos de otros grandes productores como Irán o
Venezuela.
Aunque los resultados de las grandes petroleras
estadounidenses tuvieron una acogida mixta entre los inversores, que esperaban
generalmente mayores ingresos, sus títulos se revalorizaban a media sesión y
contagiaban al resto del sector energético (+2,22 %).
Dentro del grupo del Dow Jones, subía un 3,45 % ExxonMobil,
que en el último año ha perdido un 10 % en bolsa, y un 3,74 % Chevron, que se
ha mantenido casi invariable en los últimos doce meses.
Diario Libre